PSD2 (segunda Directiva de Servicios de Pago) ya está en vigencia. Se trata de la norma que regula los servicios de pago en toda la Unión Europea.
La nueva situación promete una revolución en el sector finanicero. A partir de la puesta en práctica de PSD2 se permite el acceso a las cuentas por parte de terceros.
Esto es válido tanto para los ciudadanos como para las empresas. Así, otras empresas podrán ingresar y realizar transacciones en nombre del titular con su autorización.
Los análistas destacan las medidas de seguridad que promueven los pagos electrónicos dentro del continente como otra de las ventajas.
Pero sobre todo, PSD2 busca estimular la competencia y la llegada de más ofertas. Fundamentalmente, proveniente de jugadores por fuera de la banca. Desde startups hasta Google o Amazon.
PSD2, abre la puerta a nuevos actores fintech
La normativa promete estimular más y nuevas aplicaciones fintech online como Money Dashboard, Plum y Moneybox.
Según especialistas consultados por Reuters, el cambio afectará fundamentalmente a los bancos minoristas tradicionales.
Las empresas con licencia PSD2 no podrán ofrecer ofrecer depósitos ni conceder préstamos. Sin embargo, las tarjetas de crédito y débito no serán necesarias para la mayoría de las transacciones online de sus clientes.
Los usuarios podrán controlar quién accede a sus cuentas y para qué operaciones. Esta flexibilidad promete nuevas alternativas para los clientes. Por ejemplo, sugiriendo préstamos o inversiones.
Arranque lento
Sin embaro, solo el 5% de los bancos europeos cumple totalmente con la PSD2. De acuerdo a un relevamiento de CA Technologies difundido por El Mundo.
De acuerdo a las entidades, la causa de la demora es la carencia de personal capacitado. También la falta de dinero, aspectos tecnológicos y la seguridad.
Además, el 38 % cree que la mayor amenaza para su negocio provendrá de los gigantes tecnológicos, Seguidos por los nuevos bancos digitales, al ser más ágiles y no contar con obstáculos heredados.
Por su parte, Valdis Dombrovskis, vicepresidente responsable de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de Mercados de Capital celebró la normativa. A la que describió como “un paso más hacia el mercado único digital en la UE”.
La prohibición de los recargos por tarjeta de débito y crédito del consumidor podrían ahorrar más de 550 millones de euros anuales.
Esta nota apareció originalmente en M2CNews.