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El nuevo criterio del IFT, basado en estándares internacionales
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Esto pone en entredicho el conteo de usuarios que reportan algunos operadores, como BAIT
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Walmart defiende su propia métrica de 180 días para medir líneas activas, mientras el regulador endurece las reglas para evitar cifras infladas
El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) endureció este año su metodología para medir líneas móviles activas en México, alineándose con estándares internacionales. El cambio no ha pasado desapercibido: el nuevo criterio puso bajo la lupa los reportes de operadores, en particular el de BAIT, el servicio de telefonía móvil de Walmart.
Desde enero de 2025, el regulador exige que las líneas móviles consideradas “activas” hayan tenido tráfico —voz, datos o SMS— al menos una vez en los últimos 90 días. La definición sigue el parámetro de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organismo global que promueve la comparabilidad entre mercados.
“La definición anterior era más laxa. Esta actualización responde a la necesidad de cifras coherentes y comparables entre operadores”, señaló Gabriela Gutiérrez, responsable de Planeación Estratégica en el IFT.
¿Quién cuenta a quién?
Mientras el regulador busca transparencia, empresas como Walmart sigue una lógica distinta. En su último informe a inversionistas, reportó 21.5 millones de líneas activas para su OMV, BAIT. Pero esa cifra se basa en una ventana de actividad de 180 días, el doble del nuevo estándar oficial.
La compañía defiende su enfoque. Según Diego Rivera, subdirector legal de telecomunicaciones en Walmart México, esos números no son parte del reporte regulatorio, sino que sirven a los fines corporativos de Walmex. “El informe de Walmart no es el informe de BAIT. Es una foto operativa pensada para nuestros inversionistas y ecosistema comercial”, expresó Rivera.
Beatriz Núñez, vicepresidenta senior de crecimiento en Walmart México y Centroamérica, aseguró que están dispuestos a responder cualquier requerimiento del IFT, pero mantendrán su propia medición interna mientras no exista una obligación formal para el reporte financiero.
Dos narrativas, un mercado
La tensión entre el criterio del IFT y los informes empresariales deja al descubierto una brecha entre la regulación técnica y la estrategia de comunicación corporativa. Mientras el IFT endurece definiciones para evitar inflar cifras, empresas insisten en mantener métricas internas que muestran músculo ante analistas e inversionistas.
Para el IFT, no hay ambigüedad: los datos oficiales deben seguir su metodología. Las cifras reportadas con otros criterios son responsabilidad exclusiva de las empresas.
“El Banco de Información del IFT solo incorpora datos que cumplen con los lineamientos oficiales. Lo demás, corre por cuenta de quien lo publica”, puntualizó Gutiérrez.
El trasfondo: presión del mercado y auge de los OMVs
El cambio en la metodología no fue unilateral. En 2023, el IFT abrió una consulta pública sobre los lineamientos estadísticos del sector móvil. Fue, en parte, una respuesta a las inquietudes de operadores establecidos que cuestionaban el crecimiento acelerado de los OMV, como BAIT, que sumaba hasta un millón de usuarios por trimestre bajo la antigua definición.
El ajuste busca evitar distorsiones y dar una imagen más precisa del mercado móvil mexicano, que se ha vuelto más competitivo y diverso.
El caso BAIT-IFT ilustra un dilema creciente en la industria: cómo equilibrar la necesidad de métricas reguladoras estrictas con la libertad empresarial de construir su propia narrativa de éxito. Mientras el regulador busca rigor, las empresas defienden sus intereses ante el mercado financiero.
En un sector donde los números son reputación y poder de mercado, la forma de contar importa tanto como los resultados.