El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, afirmó que las fintech son “el mecanismo más eficiente y más efectivo” para luchar contra la informalidad en América Latina y el Caribe.
En una región donde menos del 50% de la población está bancarizada, el auge del sector financiero digital puede suponer un nuevo mecanismo de formalización en el mercado, según Claver-Carone.
“Hoy en día tenemos un mecanismo para combatir la informalidad y se llama digitalización (…) El fintech está cambiando el panorama de la región y es el mecanismo más eficiente y más efectivo que tenemos para pelear la informalidad”, destacó Claver-Carone, en una entrevista a Europa Press.
El presidente del BID explicó que la diferencia entre los ganadores y los perdedores de la pandemia se encuentra en la conectividad digital. “Los ganadores y los perdedores de la pandemia fueron los que tenían conectividad y los que no la tenían”, indicó Claver-Carone.
Según el presidente del banco multilateral, el paso del virus por la región supuso una mayor concienciación sobre la importancia de la digitalización, lo que generó al mismo tiempo un antes y un después en innovación financiera.
Tal es así, que más de una tercera parte, casi el 35% de todas las inversiones en fintech a nivel global, se realizan en la región, que ha visto el crecimiento de neobancos como Nubank, Ebanx o Ualá, entre otros.
Como ejemplo de esta innovación y mayor educación financiera en América Latina, Claver-Carone señaló la red elaborada por el Gobierno de Brasil durante la pandemia para distribuir el pago de transferencias entre la población. “Eso ha incrementado la conectividad y la formalización con una vía ‘fintech’ de una mayoría de la población”, dijo.
En este contexto de mayor cultura financiera, el presidente del BID destaó las grandes oportunidades de elaborar colaboraciones público-privadas en este área “para verdaderamente cerrar esa brecha de informalidad en la región”.
Por otra parte, el hispano-cubano expuso la Visión 2025, del organismo, un plan de acción que busca revertir una década perdida en la región y alcanzar una década de oportunidades y crecimiento inclusivo mediante cinco pilares que son la acción climática, la relocalización de las cadenas de valor, el impulso de la digitalización, la igualdad de género en el mercado laboral y el refuerzo del papel de pequeñas y medianas empresas.
“Para el 2020 me propuse que a pesar de la contracción mas grande del PIB en 200 años no va haber una década perdida en la región”, enfatizó Claver-Carone.
Para alcanzar este hito, el máximo representante del BID expuso, en primer lugar, las oportunidades de trasladar las cadenas de valor ubicadas en países asiáticos a Latinoamérica. Sobre las voces críticas en esta postura, Claver-Carone aseguró que no se trata de una posición geopolítica pensada para perjudicar a China u otros países asiáticos.
“No es un tema geopolítico, no es un tema antichina, es un tema prolatinoamérica y el Caribe”, afirmó Claver-Carone, que añadió que el banco de desarrollo que preside está financiando operaciones de nearshoring en pro de la región latinoamericana.
“Si una empresa española está invertida en la China o en cualquier parte del mundo y quiere relocalizar sus operacioens a un país de Latinoamérica y el Caribe, nosotros, como el BID, le financiamos esa mudanza”, dijo.
Otro de los pilares que el BID contempla en su hoja de ruta es la igualdad de género en el mercado laboral latinoamericano.
Según el ‘número uno’ del BID, el acceso de las mujeres al mercado laboral a unos niveles similares a la media de la OCDE supondría un impulso del 20% en el PIB de la región latinoamericana.
“Las personas más afectadas durante la pandemia fueron las mujeres. Tienen más retos estructurales para entrar a trabajar, para poder tener esas oportunidades (…) El único tema que podría incrementar el PIB un 20% casi de un día a otro sería el crear las condiciones para que las mujeres puedan incorporarse al mercado laboral al nivel de los países de la OCDE”, afirmó.
Además, el presidente del BID remarcó que pese a que las empresas lideradas por mujeres en Latinoamérica tienen un 10% más de ingresos que las lideradas por hombres, estas tienen un 50% menos de acceso a financiación que los hombres. “Cerrar esa brecha es clave”, subrayó.
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